He iniciado esta entrada en mi cabeza un millón de veces... Así que decidí dejar de sólo pensar y comenzar a escribir. Confieso que tengo años pensando y pensando en iniciar este blog y estoy feliz de por fin haberme decidido. Hacer a un lado mis dudas, prejuicios e inseguridades, y simplemente hacerlo. Y es que es impresionante como nos pasamos la vida buscando el momento perfecto, buscando pretextos para no atrevernos, poniéndonos barreras nosotros mismos.. como dicen.. solitos nos ponemos un cuatro. Y es lo que he venido haciendo todo este tiempo. Que porque no soy chef, que porque no tengo técnica, que porque no se como crear un blog, que porque no va a estar tan bonito como los blogs que me gustan, que por que los niños no me van a dejar, que por que no me va a dar el tiempo... ¿Qué tal mi lista? y puedo seguir y seguir... y dejar pasar más tiempo.. y quedarme con las ganas.............. ¿Por qué en mi sano juicio haría eso? La vida es muy cortita como para cortarnos las alas nosotros mismos.
Y es que no hago otra cosa, más que pensar en comida. Me encanta cocinar. Me llena de satisfacción servirle algo rico y nutritivo a las personas que más quiero. Saber que se llevan un pedacito de mí. Que lo hice con mis propias manos. Los que me conocen ya lo saben: desde niña ha sido mi sueño y pasión. Soy de esas que aún no terminan el desayuno, cuando ya están pensando en lo que cocinarán para medio día. ¿Y qué mejor lugar para desahogar todos mis pensamientos cocineros y pasteleros que en un blog de recetas?
Así que, aquí está: les abro las puertas de mi cocina. Aquí encontrarás recetas simples, ricas y bien explicaditas para el día a día, para variar un poquito el menú de cada semana. ¡Espero lo disfruten!